domingo, 18 de julio de 2010

EL TERREMOTO EN CHILE, CUARTA PARTE

Hoy ya es 18 de Julio y han pasado algo mas de cuatro meses desde el terremoto, así que considerando que “después de la guerra , todos son generales”, en esta parte ejerceré mi derecho a ser “general” y a escribir lo que vi y que no me pareció bien. En realidad, una crítica así, es bien fácil de hacer, sobre todo que ya he ascendido a General y en ese momento solo era una especie de soldado raso, con ganas de hacer diferente muchas cosas.

Así que en primer lugar, quiero expresar mi respeto por todas aquellas personas que vi durante esos primeros 10 días y que en algo tenían que ver con la re-organización de todo después de la catástrofe. Todos ellos tenían familias que habían dejado en casa, todos estaban con problemas para conseguir agua, alimentos, o combustible, y tenían la doble preocupación de estar en el trabajo y además pensar que en la casa todo estuviese bien. A todos ellos, el respeto que se merecen por dejar atrás a sus seres queridos, encargándose de ayudar a otras personas. El cargo detentado los obligaba a estar ahí, donde las papas queman, pero igual hubo gente que no se apareció por sus trabajos, como por ejemplo en una oficina que no puedo nombrar un funcionario de alto cargo y responsabilidad no interrumpió sus vacaciones, siendo importante para la organización de todo en esos primeros días. ¿Como tomar decisiones si él andaba, aun “de vacaciones”?.

Por eso mas valor tuvieron aquellas personas que hicieron un esfuerzo por estar al pie del cañón. Una amiga Químico Farmacéutico, se presentó a trabajar en el lugar en donde estaba: Quirihue, y luego me contaría que se sentía “tonta” por haber ido de voluntaria, dejando a sus 3 niños solos, al saber que casi nadie se presentaba como correspondía al trabajo. Creo que esas muestras de responsabilidad son ejemplares y dejan muy por el suelo la imagen de otros “altos cargos” que como contaba antes, disfrutaban aun de sus días de feriado legal. Se entiende, estaba en su derecho, pero en otras oficinas, como en la ONEMI por ejemplo, todos los funcionarios se auto-convocaron para cumplir sus funciones, y como había contado en otra de las partes, un vecino de nuestro casa, perdió su vida, al ir a su lugar de trabajo sintiéndose responsable por las personas que estaban de turno esa noche.

Algo complicado de sobrellevar, era que en la apreciación de un buen porcentaje de la gente, esto no había terminado, las replicas seguían con harta fuerza y las comunicaciones, no estaban restablecidas. Era muy poco probable que un nuevo sismo de gran fuerza se produjera pero el miedo en la genta era palpable y muchas veces, me sentí como que todo lo que recién estaba echándose a andar de nuevo, podía retroceder con una nueva desgracia.

Esto va sin filtro.

Al llegar el segundo día a CDT, de concepción que era donde se instalo el SSC, me presenté ante mis jefes directos, en el servicio Dental. Me di cuenta que no había nada que hacer, y me “mandaron pa’ la casa” a preocuparme de cualquier otra cosa. Y la verdad sentí que podía ser útil en algo mas, así que subí mejor al 6° piso, donde estaba funcionando la dirección del SSC, a ofrecerme de voluntario.

Esto porqué como conté en una de las primeras partes, el primer día fui a Lota, a reunir información a respecto de la situación general y así fue como llevamos detallada todas las necesidades urgentes y no tanto del Hospital de Coronel y de Lota. Por ejemplo: Coronel, tiene alimentación para 48 horas, ocupa 200 lts. de combustible diario, está sin bajadas de suero para adultos, etc. Ahí vi como la bodega de Farmacia de Coronel estaba en el suelo... decenas de cajas por el piso, todo tratando de ponerse de pie nuevamente. Esa misma noche, sentimos una de las replicas mas fuertes que nos tocó en casa de mis papás, como a las 6 de la mañana, y esa me hizo levantarme.. Con los ojos aun sin abrir bien, lo primero que me pasó por la cabeza, fue que todo lo que habían hecho en los hospitales para salir adelante iba a tener que comenzar de nuevo... De hecho alcance a decir con desánimo ¡Cresta, todo de nuevo!...

Por eso, permanecer inmóvil en un lugar o volverme para la casa, no era una buena opción para mi.

En todo caso, andaba todo lento. La misma petición de levantar información, de Lota y Coronel, fue la que llevé a cabo el día martes (el segundo día). Este día fui a Lota por mis propios medios, en mi auto.

En el camino pensé: Si el SSC necesita información diaria... ¿Porqué los hospitales y consultorios no tienen un protocolo para estos casos, y no informan automáticamente en forma diaria al Servicio?

¿Porqué el servicio no les entrega la responsabilidad de tenerlos informados? Es mas fácil que en un viaje de una ambulancia o un móvil, pasen a dejar un informe con lo que necesitan, que pedirle a 3, 4 o mas funcionarios que recorran las comunas...

Volví cerca de las 5 de la tarde, pero ya no quedaba nadie en el CDT, para informarle, ya que por los toques de queda la gente se retiraba temprano.

El miércoles, me levanté temprano para llevar mi informe. No encontré a nadie temprano así que dejé el encargo y volví a mi casa... ese día no me quedé en el Hospital para ayudar en la casa de mis papás.

Pero volví cerca de las 10:30 de la mañana. Me encontré con un grupo de personas que acompañaban a dos médicos gringos. Querían saber que necesitaban para ir a Hualqui, y como nadie entendía mucho lo que hablaban, les serví de interprete un rato. En mi mejor Spanglish, logré explicarles, que no iban a poder llegar a Hualqui en un móvil del servicio, pero ellos, que tenían una camioneta y un intérprete también, podían ir por su propia cuenta. Así esperamos un buen rato para que llegara un encargado de la coordinación con el municipio, y de locomoción para que los acompañara un móvil también.

Entre las cosas que me di cuenta al conversar con el gringo, estaban que, eran de Chicago, eran médicos militares que estaban cerca de Chile, me imagino. Vestían uniforme... tenían comunicación directa, mediante blackberrys, con otros gringos... ¡Fantástico! Ellos, estando en otro país, aun estaban con todas sus comunicaciones, mails, mensajes de texto, etc., todo normal.

Le pregunté... How do you get here fast!?... (¿Como llegaron aquí tan rápido?)... el gringo me sonrió y con su pulgar arriba, dijo... We are fast! (somos rápidos!). ¿Que duda me quedaba?. Ellos ya tenían ayuda en la ciudad del terremoto e iban a una ciudad afectada y aislada con una camioneta en que llevaban agua, combustible en dos o tres toneles, alimentos y otras cosas, aparte de ir a entregar servicios médicos, mientras nosotros, aun estábamos en la etapa de diagnóstico de la situación.

Es cierto, que algo así, es necesario... el diagnóstico de la situación... ¿pero cuanto debe esto durar?

El miércoles, a 5 días del terremoto, aun no se hacía nada mas que esto.

Si se hubiesen tomado en cuenta, nuestros propios informes del día lunes, ¿cuanto se requería para traer combustible por ejemplo desde Santiago? Un viaje desde Santiago debería demorarse solo unas 8 horas con los caminos malos... los convenios con empresas de combustible, de alimentos, etc. existen... pero al parecer los hospitales estuvieron solos, sin ayuda central.

De hecho el viernes, a casi una semana del terremoto, al volver a Coronel, uno de los encargados, me recibió con una sonrisa... ¡Nos legó la luz! Dijo entusiasmado. Y pensé, que bien por ellos, pero que mal coordinación desde los niveles centrales, que en los primeros días no consiguieron dar absolutamente nada de ayuda a sus bases.

Los gringos de Chicago, finalmente no fueron a Hualqui, sino que se fueron a Talca... ellos apenas llegaron sabían lo que iba a hacer falta, y lo llevaban desde ya.

Si el diagnóstico era pésimo, el lunes

1. no hay comunicaciones

2. no hay energía... se necesita petróleo y bencina

3. hay alimentación para 48 horas

4. no se logra establecer ningún contacto con la zona afectada... etc.

Creo que ante un diagnóstico malo, solo queda actuar en consecuencia... no se requiere saber mas que eso... que todo esta mal... no tienes que saber el detalle mínimo de cada una de las cosas que dejaron de funcionar, sino que la imagen general del problema basta para que actúes.

¿Porque no entonces, a partir del día siguiente no empezar a coordinar la ayuda que se necesitará o bien al menos empezar a organizarlo?.

A casi 7 días del terremoto, el diagnóstico aun era lo que ocupaba al menos aquí en Concepción a la gente del servicio.

Quizás los camiones con ayuda no podrían pasar por que la seguridad de la región no estaba garantizada... entonces la responsabilidad seguía estando en las autoridades.

El jueves volví a ir al CDT. Ese día recibí temprano, un mensaje de mi jefa: En lota, necesitaban un medicamento para el Glaucoma de una funcionaria, (el Lota, no se lo entregarían sin una receta de un especialista). Así que me pidieron si podía conseguirlo, en el Hospital, así que traté primero de buscar a una oftalmóloga que me hiciera la receta, y en todos esos trámites, busqué varias formas de comunicarme para saber el medicamento y la dosis usada. Fue bien difícil, la verdad, y me topé con hartos problemas, ya que sin comunicaciones era difícil. Finalmente, logré algo, pero no teníamos los datos personales de la paciente, así que lo único que salvó la situación fueron los mensajes de texto que crucé con mi jefa, hasta que un doctor accedió a darnos la receta, pero no había como llevarla a Lota, así que justo en esos momentos, en que el problema parecía quedar insoluble apareció la ambulancia de Lota, y el chofer me reconoció y se llevó el medicamento desde Concepción.

De toda esa semana, el momento de enviar el mensaje a Lota: “el medicamento va en camino, esperen a la ambulancia a las 5 de la tarde en el hospital” fue realmente reconfortante, y además me sentí que a pesar de que no había hecho nada mas que eso durante la mañana, todo ese esfuerzo era válido y muy importante.

El día viernes, volví a Lota, pero más rápido en realidad. Mas que nada a saber de mi asistente y su hija, y a llevar algo de alimentos no perecibles para ella. El hospital aun estaba reparándose sin saberse bien, cuando podríamos volver a trabajar. La semana siguiente, hicimos una especie de turnos con mis otros colegas y a quince días del terremoto, ocupé mi feriado legal.

Aun me queda contar como fue nuestro mes de visita en la casa de mis papás. Entretenida en realidad, asi que pronto postearé lo que recuerdo de esos días.